MAL COMIENZO EN CASEROS

Cuando terminaba el partido, y con un hombre menos, Atlanta la embocó dos veces y venció al Pincha después de más de 16 años sin triunfos en Caseros.

Tenía uno menos, faltaba poco y el trámite no le era favorable. De hecho, de no haber sido por la muy buena tarde del arquero Llinás, el resultado no hubiese sido el que finalmente fue. Atlanta se llevó de Caseros un premio quizás injusto, pero que disfruta por varios motivos: ganó en ese terreno luego de más de 16 años (la última había sido en la temporada 91-92 por 4-1), y con la victoria de ayer sube en la tabla de posiciones.

En los primeros 15 minutos, Estudiantes tuvo una chance que Rodrigo Llinás salvó. En ese cuarto, el pincha se vio superado por Atlanta, que atacó y tuvo en los pies de Héctor Jones la más clara: el volante desvió su remate entrando por derecha. A partir de ese llamado de atención, los de Caseros, con un movedizo Pereyra, empezaron a crecer y a establecer una constante: instalarse en campo bohemio y arrinconar a su rival, que con muy pocos recursos, recurrió al pelotazo, como símbolo de su planteo conservador. Sin embargo, si bien el local era dueño del balón y llegaba con facilidad por las bandas (nueve tiros de esquina a favor) falló en la puntada final.

En el ST, el Pincha fue convirtiendo en figura a Llinás, quien le tapó remates a Lemmo y Pereyra. La ingenua expulsión de Jones comprometió al conjunto de Villa Crespo, que sin perder el orden encontró en los últimos cinco minutos los dos tantos: insólita infracción de Hernán González sobre Ferreiro que Bianchi, de penal, cambió por gol. Y definición de Ferreiro para el 2-0.